sábado, 18 de diciembre de 2010

Reflexiones sobre la participación social

grupo social
Según Pérez Rojas (2007), en la era moderna "Hasta hace muy pocos años, la educación se veía como un proceso que debía darse en los primeros años de la vida al interior de una escuela", sin embargo el desarrollo tecnológico y las evidencias científicas de las capacidades cerebrales casi ilimitadas nos han llevado a replantear un nuevo paradigma educativo. Existen aprendizajes que no fueron adquiridos en las aulas escolares, la capacidad de dialogar, la elaboración de alimentos, la formación de los hijos, el sobreponerse a la adversidad, son sólo algunas muestras de que el hombre aprende en todo momento de todo, hasta el último momento de su vida. Cuando se organiza para resolver su cotidianidad y en compañía de sus semejantes emprende acciones para mejorar su entorno, aprende a dialogar, a trabajar en equipo, a planear o en caso contrario a cómo "no deben hacerse las cosas". Se puede deducir que al avanzar en este proceso dialéctico el hombre se transforma y transforma todo, cuando se dice que todo es así: todo, porque parte de una visión holística – sistémica, al cambiar su percepción como consumidor, también se transformará en el ámbito familiar, en el educativo, en el laboral y así sucesivamente, por eso es deseable que esté participando en diferentes organizaciones formales e informales, porque el marco referencial de cada una de ellas le permitirá reflexionar y aprender de escenarios distintos, que enriquecerán los cotidianos.
En la medida en que el individuo se percata de la importancia de llevar a cabo acciones que mejoren su entorno, se ve en la pertinencia de asentarlo en los documentos que van a regir su actuar, he aquí un aspecto que está relacionado con el marco educativo y la participación social; una sociedad que esté activa, viva, que proponga, que presione y exija a los demás y a sí mismos será determinante para contar con normas justas, actuales y equitativas para una convivencia pacífica y armónica. Por otra parte una sociedad en constante cambio y evolución, genera nuevas condiciones, circunstancias, que deben ser analizadas y reguladas por los sistemas, lo que permite el avance, la ubicación en nuevos terrenos, porque así lo han sugerido las sociedades con sus descubrimientos tecnológicos y las relaciones que tienen como base los mismos (Pérez Rojas, 2007).

A partir de este breve análisis pueden extraerse las siguientes conclusiones (Pérez Rojas, 2007):
  • La participación de los individuos es tan diversa como lo sean los escenarios y las circunstancias en las cuales se encuentren, es decir, hoy se puede hablar de participación social, ciudadana, comunitaria, individual, pero estas categorías no son limitantes ni exclusivas, seguramente en el corto y mediano plazo estaremos viendo nuevas modalidades de la participación de los individuos.
  • Inclusive la apatía, el aislamiento, la no participación, conforma el escenario de la participación en sus múltiples modalidades.
  • A través de la historia se observan lapsos de un mayor involucramiento de los sujetos por resolver y construir su presente y futuro.
  • El promotor de la participación social tiene un compromiso de incluirse y mantenerse en formación permanente.
  • Las sociedades que están en una formación permanente, generan cambios constantes, los cuales generan nuevas relaciones entre los individuos que necesariamente deben ser comprendidas por la ciencia jurídica, lo cual permite la renovación y avance de la misma.
  • La participación de los individuos en las organizaciones formales e informales le permiten interactuar en nuevos escenarios, a los cuales no tendría acceso si tuviese una vida pasiva y apática.
  • La participación de los ciudadanos no sólo se circunscribe a las jornadas electorales, es tan amplia como se ejerzan los derechos civiles y el proceso educativo.
  • La participación social está en un momento histórico importante, porque por un lado es una aspiración legítima de las sociedades, pero por otra parte se está impulsando como un paliativo frente a las grandes carencias de los pueblos.
Como conclusión general, se puede inferir que el educador es un ente social que debe ser activo y que debe buscar el bienestar común de todos sus participativos para que los mismos sean capaces de integrarse en la sociedad en la que se desenvuelven.

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