sábado, 18 de diciembre de 2010

El líder cinco estrellas

Lolek

Cómo convertirse en un líder de cinco estrellas

Esta historia es real, pero para que sea efectiva es necesario creerla desde muy adentro.
Todo comenzó con una investigación en un curso doctoral. La profesora Torres encomendó al grupo de los doce apóstoles, así le llamaba ella al grupo de estudiantes, la tarea de establecer cuáles eran las características principales que debían tener los lideres transformativos. La tarea era de manera individual con el propósito de tener la oportunidad de que la lista fuera más significativa al terminar el curso.

El grupo de los doce estaba constituido por profesionales del área educativa. Saliendo del curso esa tarde todos se enfocaron en buscar información dentro de los textos existentes en la materia educativa, con el fin de justificar el mismo con material conocido para ellos. Yo también iba enfocado en el mismo fin colectivo.

Al llegar a mi casa fui directamente a mi pequeña biblioteca personal y tome en las manos uno de mis libros favoritos. Leí el titulo: el líder y la inteligencia emocional. Volví a releerlo, pero sin encontrar esa clave necesaria para comenzar mi trabajo. Esa noche soñé con mil cosas que habían comenzado a dar vueltas en mi mente.

En la mañana volví a levantar el libro. Mire su carpeta dura esperando respuesta y pensé: “eres uno de mis libros favoritos, por qué no me ayudas”. Allí permaneció mirándome sin decirme nada. Entonces entendí que la tarea era mía y no del libro.

         El día lo pasé trabajando. Mirando de vez en vez a cada lado buscando la pista necesaria para mí trabajo. Nada ocurrió al final del día.

         Cansado ya de tanto buscar llamé a  uno de mis compañeros para verificar el estatus de su trabajo. “Ya está  a casi terminar”, me dijo sin vacilar. Mi frustración fue mayor, pues el mío no tenía ni siquiera ese primer suspiro de vida.

         Eso me hizo recordar los años de escuela, cuando la maestra nos enviaba a hacer tareas escolares que debíamos buscar en enciclopedias. En mi casa existía una de las más modernas y recién publicadas, pero nunca encontraba nada de lo que enviaba a buscar la maestra. Siempre tuve en mente dos cosas: o la maestra lo hacia a propósito o los grandes estudiosos no les importaban los temas que la maestra nos hacia estudiar. La respuesta la encontré mucho tiempo después: no todo está escrito y la Internet es una bendición.

         Así me sentía entonces. Confundido buscando entre libros alguna señal de comienzo.

         En la tarde recordé la invitación a cenar de uno de mis viejos amigos del bachillerato. A Sebastián lo había conocido en el primer año de estudios universitarios, ambos habíamos tomado la meta de convertirnos en maestros y así lo hicimos. El comenzó a dar clases en un pueblo cercano a su residencia y yo me mude al área metropolitana para hacer lo propio. Sin embargo, la comunicación entre los dos se ha mantenido hasta el presente.

         Eche los libros hacia un lado y me preparé para salir.

         Llegué al restaurante a la hora acordada. Sebastián estaba esperándome en una mesa cercana a un ventanal que dejaba ver el horizonte azul en el Mar Caribe. Se levantó para saludarme con un efusivo abrazo.

         Aquella cena de reencuentro estudiantil se convirtió en un diálogo lleno de anécdotas laborables y visiones futuristas de ambas partes.

         En una de las charlas le conté a mi amigo el dilema que tenía para poder completar la tarea universitaria dada unos días atrás. Luego de explicarle, Sebastián me pidió que fuera al día siguiente a su casa para mostrarme un libro que sabía me iba a ayudar.

         En la tarde del día siguiente fui cual lo acordado a la casa de Sebastián. Allí me recibió su esposa con una buena taza de café oscuro que tomamos en la terraza trasera de la casa. Luego, Sebastián y yo fuimos directos a su oficina en la casa. Allí conversamos un rato más sobre la tarea de definir las características del buen líder. Sebastián fue al librero que tenia a sus espaldas y tomó un libro que me pasó de inmediato.

-         Creo este libro te puede ayudar, - dijo Sebastián.

-         Pero, es un libro para niños.

-         Si, lo se. Ese libro me lo regalo mi padre hace unos treinta años atrás. Lo trajo de un viajo que hizo a Polonia. En el mismo se cuenta la historia de un niño que va en búsqueda de cinco estrellas que cuentan los misterios de la vida.

-         Pero…, - comencé a decir cuando me interrumpió Sebastián.

-         Se lo que me vas a decir, que un libro para niños no será útil para hacer tu trabajo universitario. Así pensé yo antes de comenzar a leerlo. Pero, gracias a las enseñanzas de este libro es que me he desarrollado como un líder en mi trabajo como maestro y en mi comunidad. Ofrécete la oportunidad de leerlo y luego hablamos.

Estuvimos hablando un rato más antes de partir. Llevé conmigo el libro hasta mi casa y lo puse sobre la mesa de noche de mi habitación.  Luego de haber tomado un baño comencé a leer unos libros que antes había tomado de mi pequeña biblioteca personal, pero era inútil, pues no tenía ni idea de cómo comenzar el trabajo.

Ya exhausto me fui a dormir, pero el insomnio no me permitió cerrar los ojos. Tomé el libro que me había dado Sebastián y comencé a leer sin parar. Aquella historia infantil me parecía fascinante.

La historia cuenta que…

         Lolek tuvo un sueño y salió en búsqueda de las estrellas necesarias para convertirse en un líder. Su primer encuentro fue con una anciana que le enseñó la importancia de la lectura. En ese primer encuentro el joven encontró una estrella que decía: “El verdadero hombre debe saber cómo superar las dudas sobre el bien que debe hacer y el mal que debe evitar.”  Lolek había aprendido algo muy importante: Hay que estar de acuerdo con uno mismo y rechazar aquellas emociones negativas. Jamás sabremos de lo que somos capaces si no hacemos lo que creemos. Hay que aceptar los cambios y encontrarles las ventajas, pues entre más aprendemos más capaces nos hacemos. Lo importante es lograr las metas y repetirse mil veces: “yo puedo y nada ni nadie me va a hacer fracasar.”

En su segundo viaje Lolek tuvo la oportunidad de conocer la guerra. También, tuvo la oportunidad de ayudar a otros enseñándole lo que conocía. El joven recibió como regalo una estrella que decía: “Siendo juez no hagas injusticia, ni por favor del pobre, ni por respeto al grande: con justicia juzgarás a tu prójimo”. De su amigo, Lolek, había aprendido algo muy valioso: Ayudar a otros es un deber que tiene como resultado la felicidad. El saber escuchar y ayudar en la búsqueda de soluciones es parte de la misión de servir mejor a los demás. Hay que tener metas personales y grupales. Es importante desarrollar en otros aquellas cosas que sabemos y hacerlo con pasión, honestidad, respeto y responsabilidad.

En su tercera aventura Lolek camino por el desierto y conoció a un príncipe. Este le contó al joven la historia de las estrellas y la importancia de las mismas. El príncipe le regalo una estrella de plata que tenia grabada la siguiente inscripción: “En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: Yo he vencido al mundo.” Aquella noche Lolek aprendió algo nuevo en los libros: El líder debe influir positivamente en su equipo de trabajo para lograr resultados positivos. Saber escucharlos, hablar con ellos y demostrarles con el ejemplo que todo es posible. Lo importantes es encontrar esa misión en beneficio de todos, pues todos somos capaces de manejar nuestros conflictos de forma inteligente.

         Lolek, en su cuarto viaje, atravesó el mar en un barco. Allí conoció a un ángel de luz que le regalo el mas hermoso de los regalos. Esta estrella decía: “Todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos”. Aquella niña le había enseñado el milagro de vida más importante a Lolek: El tener empatía con los demás abre nuevos caminos para lograr las metas propuestas. Lo importante es tener auto control de nuestros pensamientos y tener actitudes positivas ante los retos. Es importante tener voluntad y ser confiables, honesto e integro con uno mismo.

         En su última aventura, Lolek estuvo en una isla en la que aprendió enseñanzas de un sabio. Se adentro a las fuerzas del mal y salio victorioso cargando de una estrella que decía: La esperanza es el ancla del alma, segura y firme”. Lolek había aprendido en aquella gran prueba que: Se debe ser responsable de todo y no culpar a los demás de nuestros retos. Los resultados dependerán de nuestros esfuerzos y no del ambiente que nos rodea. No debemos temer ante la adversidad sino tomar la iniciativa para lograr nuestras metas.

Desde entonces, Lolek, ha ido caminando por el mundo llevando el mensaje de las estrellas. Cambiando vidas en beneficio de un mundo más inteligente y más emotivo. Su misión apenas ha comenzado pero el pequeño joven tiene la certeza de que alcanzará su meta, pues conoce los secretos de la vida.

El reencuentro…

Aquella noche llamé a Sebastián para encontrarnos en el mismo restaurante de siempre al día siguiente. Le tenía buenas noticias y quería dárselas personalmente.

Luego de comer un plato de sopa de fideos y tomar un par de refrescos de frutas nos fuimos a su casa a dialogar sobre lo aprendido en la historia de Lolek.

-         A ver, ¿qué te pareció la historia? -, preguntó de inmediato Sebastián.

-         La verdad es que en un principio dude sobre lo que podía aprender con una historia para niños. Pero, mediante iba leyendo me di cuenta que los mensajes eran claros.

-         Me alegra saber que aprendiste algo con la historia que me regalo mi padre. La comparto con mis amigos más cercanos y con aquellos que me une un vínculo de aprecio muy especial. Pero, ¿estas listo para un repaso de las enseñanzas de Lolek y sus estrellas?

-         Seguro.

-         ¿Qué pudiste aprender de la primera estrella?

-         En primer lugar el hecho de que debemos conocernos a nosotros mismos y estar de acuerdo con aquellas cosas que hacemos y pensamos. A demás, es importante deshacernos de aquellas emociones negativas que tanto mal nos ocasionan.

-         Cuando leí la historia por primera vez pensé que yo tenía bastante control de mis emociones y di por sentado que no era necesario ponerme a pensar en mis propias ideas y sus efectos directos sobre mi persona. Mi padre me dio una tarea que quiero compartir contigo: me pidió que escribiera en un papel todas aquellas situaciones que me ocurrían y escribiera mi reacción sobre las mismas. Descubrí que en un solo día de trabajo eran mas los momentos de pensamientos negativos que aquellos de pensamientos positivos.

-         Y ¿qué hiciste?

-         Comencé a cambiar mi manera de pensar. No es lo mismo decir que algo esta mal que pensar en aquellas cosas que puedes hacer para cambiarla a tu favor.

-         No entiendo…

-         Fácil, en vez de decir “no quiero ir a ese viaje” es mejor decir “desearía cancelar ese viaje”. Este pensamiento positivo es energía que va en una dirección correcta y es posible que tu deseo de no viajar se cumplan. ¿Qué más decía esa primera estrella?

-         Aceptar los retos para saber de lo que somos capaces...

-         Cierto. Este punto es muy importante. La mayoría de las veces dejamos de hacer las cosas por creer que no podemos o no conocemos lo que se nos propone. Esos dos temores nos hace detenernos a pensar mucho y se nos escapan las oportunidades. Como dice Lolek, no sabremos de lo que somos capaces si no hacemos el intento. Lo importante es comenzar y ver que podemos hacer. Si vemos que no podemos terminar la tarea por desconocimiento, pues debemos sentarnos a leer y aprender para continuar y alcanzar la meta. Debemos creer en nosotros mismos, pues nuestra consciencia es nuestra mejor porrista. ¿Recuerdas que decía Lolek que debemos repetirnos cada vez que podamos?

-         “Yo puedo y nada ni nadie me va a hacer fracasar.”

-         Exacto.

-         Mi estrella favorita es la segunda…

-         ¿Por qué?

-         Por su mensaje de ayudar a los demás y tratarlos con pasión, respeto, honestidad y responsabilidad.

-         No debemos olvidar el hecho de que vivimos en una comunidad y que la misma es activa en referencia a nosotros mismos. Cuando vemos que alguien necesita de nosotros lo que debemos hacer es ofrecer nuestro mayor esfuerzo para ayudarlos. Esto nos ayuda a ser más felices y nos ayuda a crecer como seres humanos.

-         Yo soy de los que creo que lo que sabemos es importante enseñarlo a otros…

-         Comparto contigo esa filosofía. Cuando te mueres no puedes llevar el conocimiento contigo, pero si lo enseñas a otros permanecerá permanente en la comunidad a la que servimos. No debemos olvidar que las metas de aprender son nuestras y de los demás, por lo tanto es importante hacerlos participes de lo que sabemos.

-         También, me pareció muy importante el hecho de escuchar a los demás.

-         Ese aspecto es muy importante cuando convivimos con otros. El escuchar nos abre la oportunidad de aprender y de llagar a consensos en la búsqueda de soluciones a los problemas comunes que tenemos con las otras personas. El dialogo abierto es imprescindible en la convivencia, pues es la mejor manera de dejar fluir las ideas para que sean entendibles y aceptadas por los demás.  Y ¿sobre la tercera estrella?

-         Que una de las cosas mas importantes es ser ejemplo positivo a aquellos que trabajan con nosotros.

-         El ejemplo positivo nos abre las puertas para resolver los conflictos de manera grupal con el propósito de alcanzar las metas comunes. A demás, eso da paso a la cuarta estrella encontrada por Lolek.

-         Cierto, la que habla de la empatia, el control de los pensamientos y la ética personal.

-         Esa ética personal debe estar basada en la voluntad, la confiabilidad, la honestidad y la integridad con uno mismo como persona. Esa es una de las herramientas en el liderazgo transformativo, debemos comenzar conociéndonos a nosotros mismos para poder ser empáticos con los demás.

-         Y poder lograr las metas…

-         Si, la empatía y el control de nuestros pensamientos nos abren los nuevos caminos para lograr las metas propuestas.

-         Otra de mis estrellas favoritas es la quinta.

-         ¿Por qué?

-         Por su mensaje sobre la responsabilidad de nuestros actos.

-         Eso es un asunto esencial. Debemos ser responsables de lo que hacemos sin echar la culpa a otros por las consecuencias. Pues, los resultados dependerán de los esfuerzos que hagamos y no de las cosas que nos rodean.

-         Como dice Lolek: “No debemos temer ante la adversidad sino tomar la iniciativa para lograr nuestras metas”.

-         Veo que has aprendido mucho y eso me alegra.

-         Gracias a la oportunidad que me distes de leer el cuento del niño de las estrellas.

-         Gracias a ti que decidiste darte la oportunidad de conocer los retos para convertirte en un líder cinco estrellas.
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Por: De Jesús, 2005-2008

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